1. A lo largo de toda la Guerra Civil, el indiferente posicionamiento del gitano respecto a uno u otro bando, respondió principalmente a una simple estrategia: la que pretendió explotar su invisibilidad social con la esperanza de pasar desapercibido y esquivar así la guerra, como ya lo hiciera en los conflictos bélicos del siglo anterior. Sin embargo, dependiendo sobre todo de la zona en que se hallara en el momento de iniciarse la contienda, acabó siendo arrastrado a ella, de buena o mala gana, sin mostrar, en su mayor parte, ningún interés por alcanzar protagonismo alguno, obligados a luchar contra los de su propio pueblo, que por un azar del destino, se hallaron en el bando contrario.
ENLACE VIDEO INTERACTIVO:
https://www.youtube.com/watch?v=A7hRr8YJMQ8
2. Ambos bandos evidenciaron su gitanofobia a
través de una guerra sucia, paralela a la militar, basada en la desinformación
y la denigración del enemigo, por la que unos y otros aprovecharon cualquier
oportunidad para utilizar en su beneficio la mala fama del gitano y
descalificar a su contrario. Para ello emplearon el término gitano para referirse a personas, grupos
y hechos concretos, traspasando al enemigo su sentido peyorativo, como una bala
más, pero que disparada conscientemente hería de muerte la buena fama del
gitano.
3. Entre los gitanos que de forma voluntaria se
implicaron por convicción a favor de alguno de los dos bandos, encontramos a
Helios Gómez y a Marianet, ambos por el bando republicano. La vida del primero
puede resumirse como una etapa llena de persecuciones, en la que la prisión
llegó a convertirse en su domicilio habitual, ya que hasta entonces había
sufrido setenta y un encierros y hecho frente a cuarenta y dos procesos.
Permanentemente hostigado por la policía monárquica, hubo de exiliarse en multitud
de ocasiones y recorrió casi toda Europa.
4. La Guerra Civil lo sorprendió en Barcelona,
donde, armado con un winchester tomó parte en las barricadas de Vía Layetana
junto a los grupos de defensa civil de la CNT y demás partidos revolucionarios.
Próximo inicialmente al anarquismo, abrazó el comunismo como militante del PCE.
Sin embargo, su actitud crítica y
contestataria acabó enfrentándolo a influyentes sectores del comunismo, hasta
ser expulsado del Partido Comunista a primeros de julio de 1937, a partir de lo
cual hubo de refugiarse en Barcelona y
colaborar con el anarquismo catalán, cambiando el fusil por el lápiz y el
pincel.
5. Tras la derrota republicana en Cataluña, en
febrero de 1939 pasó a Francia donde
comenzó un auténtico vía crucis por diversos campos de concentración franceses y argelinos. De vuelta a España siguió su lucha clandestina,
causa por la que fue acusado de espionaje y alta traición, volviendo a
sufrir nuevos encarcelamientos entre 1945 y 1954. Una vida azarosa que
precipitó su muerte en 1956.
6. Otro personaje, aún más invisibilizado es
Mariano Rodríguez Vázquez, Marianet, a pesar del importante papel que desarrolló
durante la contienda como secretario general de la CNT y al que Azaña, el
presidente de la República, llamaba a consultas cada vez que formaba gobierno.
7. Sabemos que nació en Barcelona en 1908 y que
fue abandonado por su padre en un orfanato, debiendo sobrevivir mediante pequeños hurtos que lo llevaron a frecuentar
la cárcel, en donde se formó en la ideología libertaria, para una vez libre, afiliarse
a la FAI en 1931. Un pasado del que apenas habló, pues sus camaradas, que le
llamaban el «rey gitano del sindicato de la construcción», sólo conocían de sus
actividades, los últimos cinco años.
8. Su carrera en la CNT-FAI se caracterizó por
sus numerosas estancias en prisión y por su rápido acceso a la secretaría
general. Partidario de ganar la guerra como objetivo principal, fue muy
criticado por sus camaradas de base por abandonar la revolución y la democracia
asamblearia. Murió en junio de 1939 en extrañas circunstancias.
9. Por el bando sublevado fueron muy pocos los
gitanos que alcanzaron la importancia de los anteriores. Uno de ellos fue Ceferino
Jiménez, víctima de los asesinatos que se produjeron en Barbastro en los primeros
momentos de la guerra, por haber ayudado a un sacerdote y no haber renegado de
su catolicismo, por lo que fue beatificado en 1997.
10. Otra víctima fue la canastera Emilia
Fernández, una mujer gitana de Tíjola que fue presa por haber intentado evitar el
reclutamiento de su marido para luchar el frente, mediante el ardid de dejarle
ciego de forma temporal. Presa en Almería, fue víctima de una deficiente atención
postparto, como represalia por no haber delatado a unas monjas. Fue beatificada
en 2017.
11. Junto a este reducido elenco de personajes
destacados, hay que añadir personajes como Oselito y Casilda, pero también un
numeroso grupo de personas anónimas, que murieron en combate o fusiladas en los
primeros momentos de la guerra, como la granadina María Fernández Santiago, ejecutada el 26 de julio de 1936.
12. Muertes
que finalizada la contienda siguieron produciéndose en el seno de una represión
a través de juicios sin garantías procesales, a cargo de tribunales militares
formados por individuos llenos de prejuicios y estereotipos antigitanos, cuyos
nombres y circunstancias esperan ser recuperados y reparados históricamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario