Excmo.
Señor
Como
consecuencia del servicio de emboscada montada en Cogollos-Vega, a las 21 horas
del día 8 de los corrientes, han sido detenidos camino del enemigo, el gitano
Pedro Córdoba Rodríguez y su mujer María Amadora Fajardo, y sus hijas María y Estrella
Córdoba Amador, y cuatro niños más, nietos del citado matrimonio.
El gitano, al
ser conducido a este pueblo, se ha escapado sin poderle dar alcance, y las
gitanas han ingresado en la cárcel a disposición de la autoridad militar.
Dios guarde a V.E.
muchos años
Víznar, 10 enero
1937
¡¡Arriba
España!!
El Jefe del
Sector
Justo Martín al
Comandante Militar de Granada
Casamata de la Guerra Civil en la Sierra de la Yedra IMAGEN: http://www.senderosuraventura.com/wp-content/uploads/2016/01/DSCN9464.jpg |
COMENTARIO: la
historia de la familia formada por Pedro Córdoba y María Amador Fajardo es un
buen reflejo de lo que la Guerra Civil Española supuso para la mayoría de
la comunidad gitana. En su mayor parte, consideraron que la Guerra Civil les era ajena y pretendieron no involucrarse, pero en
un país dividido y enardecido por el odio, la neutralidad que pretendieron no tuvo cabida, y de una forma u otra, como en el caso de la familia
Córdoba, acabaron siendo víctimas del fanatismo que recorría España en aquellas
fechas, cuando no obligadas a participar en las filas de uno u otro bando..
Al comienzo de la Guerra, buena parte de la provincia de Granada quedó desde el principio bajo el
dominio del Ejército sublevado. Familias enteras quedaron separadas,
especialmente aquellas que tenían jornaleros entre sus miembros, por haber
acudido a la campaña de la siega de agosto, quedaron atrapados en zonas
dominadas por los republicanos.
Esta circunstancia es la que concurrió en la
familia de Pedro y María, al ser sorprendido su hijo Francisco en el Collado del Agua (en la Sierra de la Yedra), a donde había concurrido a trabajar como jornalero al
comienzo del conflicto, y en donde se estabilizó el frente impidiéndole volver a su pueblo..
Con la determinación de reunir a toda la familia, dicho matrimonio y demás componentes, entre los que se hallaba la mujer de Francisco y sus nietos, se encaminaron hacia dicho Collado, pero pronto fueron interceptados por falangistas de la primera bandera con sede en Víznar. y aunque Pedro logró escabullirse y huir, las mujeres fueron presas y acusadas de
pertenecer al Partido Socialista, así como de intentar pasarse “con los rojos”.
En su defensa, María
Amador declaró que no tenían filiación política alguna y que su salida hacia el cortijo donde trabajaba su hijo respondía solamente a que pretendían recogerlo para volver todos juntos a Cogollos, sin
tener intención de pasarse al enemigo. Su inexistente implicación política fue confirmada por el cura párroco al informar “que las
antedichas individuas públicamente no han mostrado mala conducta ni han
demostrado pertenecer a filiación política alguna, pues no han asistido a
ninguna manifestación política celebrada en este pueblo”. También el alcalde
confirmó cómo “no han pertenecido a ningún partido político, su conducta moral
no es peligrosa y no se han dedicado a actividades extremistas”.
A la vista de
estos testimonios, el juez militar perteneciente al Consejo de Guerra
Permanente, concluyó cómo “ha quedado únicamente demostrado que las expresadas
individuas carecen de filiación política ni han tomado parte en acto alguno
revolucionario; no son de mala conducta, aunque únicamente aficionadas a la
sustracción de frutos, característica de su condición racial y social”.
De
esta forma tan peyorativa, que no venía a colación en el tema que se juzgaba, se sobreseyó la sumaria declarándose que las acusadas no habían cometido “ningún
hecho de carácter delictivo que se relacionara con la revolución”. Finalmente,
el uno de abril de 1937, quedaron en libertad.
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