Una historia, un olvido... el discurrir invisible de lo que existió y se desconoce

Este espacio pretende entender la historia como una disciplina que proporciona, tanto la información como los instrumentos necesarios para conocer el pasado, pero también como una herramienta para comprender al "otro", a nosotros mismos y a la sociedad del presente en la que interactuamos.

Conocer la historia de los gitanos españoles es esencial para eliminar su invisibilidad, entender su situación en la sociedad y derribar los estereotipos acuñados durante siglos.

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lunes, 1 de enero de 2018

Los gitanos en la Guerra Civil Española. El caso de la familia Córdoba (enero-abril 1937)

Excmo. Señor
Como consecuencia del servicio de emboscada montada en Cogollos-Vega, a las 21 horas del día 8 de los corrientes, han sido detenidos camino del enemigo, el gitano Pedro Córdoba Rodríguez y su mujer María Amadora Fajardo, y sus hijas María y Estrella Córdoba Amador, y cuatro niños más, nietos del citado matrimonio.
El gitano, al ser conducido a este pueblo, se ha escapado sin poderle dar alcance, y las gitanas han ingresado en la cárcel a disposición de la autoridad militar.
Dios guarde a V.E. muchos años
Víznar, 10 enero 1937
¡¡Arriba España!!
El Jefe del Sector
Justo Martín al Comandante Militar de Granada

Casamata de la Guerra Civil en la Sierra de la Yedra
IMAGEN: http://www.senderosuraventura.com/wp-content/uploads/2016/01/DSCN9464.jpg

COMENTARIO: la historia de la familia formada por Pedro Córdoba y María Amador Fajardo es un buen reflejo de lo que la Guerra Civil Española supuso para la mayoría de la comunidad gitana. En su mayor parte, consideraron que la Guerra Civil les era ajena y pretendieron no involucrarse, pero en un país dividido y enardecido por el odio, la neutralidad que pretendieron no tuvo cabida, y de una forma u otra, como en el caso de la familia Córdoba, acabaron siendo víctimas del fanatismo que recorría España en aquellas fechas, cuando no obligadas a participar en las filas de uno u otro bando..
Al comienzo de la Guerra, buena parte de la provincia de Granada quedó desde el principio bajo el dominio del Ejército sublevado. Familias enteras quedaron separadas, especialmente aquellas que tenían jornaleros entre sus miembros, por haber acudido a la campaña de la siega de agosto, quedaron atrapados en zonas dominadas por los republicanos.
Esta circunstancia es la que concurrió en la familia de Pedro y María, al ser sorprendido su hijo Francisco en el Collado del Agua (en la Sierra de la Yedra), a donde había concurrido a trabajar como jornalero al comienzo del conflicto, y en donde se estabilizó el frente impidiéndole volver a su pueblo..
Con la determinación de reunir a toda la familia, dicho matrimonio y demás componentes, entre los que se hallaba la mujer de Francisco y sus nietos, se encaminaron hacia dicho Collado, pero pronto fueron interceptados por falangistas de la primera bandera con sede en Víznar. y aunque Pedro logró escabullirse y huir, las mujeres fueron presas y acusadas de pertenecer al Partido Socialista, así como de intentar pasarse “con los rojos”.
En su defensa, María Amador declaró que no tenían filiación política alguna y que su salida hacia el cortijo donde trabajaba su hijo respondía  solamente a que pretendían recogerlo para volver todos juntos a Cogollos, sin tener intención de pasarse al enemigo. Su inexistente implicación política fue confirmada por el cura párroco al informar “que las antedichas individuas públicamente no han mostrado mala conducta ni han demostrado pertenecer a filiación política alguna, pues no han asistido a ninguna manifestación política celebrada en este pueblo”. También el alcalde confirmó cómo “no han pertenecido a ningún partido político, su conducta moral no es peligrosa y no se han dedicado a actividades extremistas”.
A la vista de estos testimonios, el juez militar perteneciente al Consejo de Guerra Permanente, concluyó cómo “ha quedado únicamente demostrado que las expresadas individuas carecen de filiación política ni han tomado parte en acto alguno revolucionario; no son de mala conducta, aunque únicamente aficionadas a la sustracción de frutos, característica de su condición racial y social”.
De esta forma tan peyorativa, que no venía a colación en el tema que se juzgaba, se sobreseyó la sumaria declarándose que las acusadas no habían cometido “ningún hecho de carácter delictivo que se relacionara con la revolución”. Finalmente, el uno de abril de 1937, quedaron en libertad.

FUENTE: RODRÍGUEZ PADILLA, Eusebio y FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ, Dolores. Mujeres gitanas represaliadas en la provincia de Granada durante la Guerra Civil y la posguerra (1936-1950), Mojácar: Arráez editores, 2010.

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