Una historia, un olvido... el discurrir invisible de lo que existió y se desconoce

Este espacio pretende entender la historia como una disciplina que proporciona, tanto la información como los instrumentos necesarios para conocer el pasado, pero también como una herramienta para comprender al "otro", a nosotros mismos y a la sociedad del presente en la que interactuamos.

Conocer la historia de los gitanos españoles es esencial para eliminar su invisibilidad, entender su situación en la sociedad y derribar los estereotipos acuñados durante siglos.

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martes, 23 de abril de 2019

La redada general de gitanos de 1749 en San Felipe (Xàtiva)

El 8 de julio de 1749, Fernando VI otorgó a instancias del Consejo Real presidido por Gaspar Vázquez de Tablada, la Real Orden para la prisión de “todos los gitanos avecindados y vagantes en estos reinos, sin excepción de sexo, estado, ni edad”. El mismo día, el marqués de la Ensenada enviaba las instrucciones que debían cumplir los tres intendentes de Marina y la relación de los lugares y destacamentos militares designados para desarrollar la operación.
Las previsiones de capturas en Xàtiva se basaron en las familias avecindadas en 1749. En total quince, siete menos de las que se hallaban registradas en 1746. En total, para toda España se estimó un total de 881 familias, cantidad que a la postre se comprobaría se quedó muy corta. En función de la población gitana que se creía encontrar en Xàtiva, el marqués de la Ensenada designó al teniente coronel Pedro Astillarte, capitán del Regimiento de Caballería de la Reina, para que pasara a esa población con cincuenta hombres de infantería y veinte de caballería.
El 30 de julio, a las doce de la noche, se reunieron en el ayuntamiento: el corregidor, el alcalde mayor, el secretario y el mencionado mando militar. Una vez abiertas las órdenes y conocida la misión a ejecutar, se dispuso que un oficial con doce soldados de caballería y un alguacil a caballo pasaran a guardar las salidas del arrabal donde residían los gitanos “hacia la parte de la huerta. Desde el camino real para Valencia, hasta el de Castilla”. Para evitar cualquier fuga, otro oficial con ocho soldados, junto un alguacil a caballo, se dispusieron en la parte de la montaña.
Una vez apostada la tropa en los puntos previstos. Se dispuso el envío del destacamento de infantería hacia la puerta de Santa Tecla, para controlar las entradas y salidas de dicho arrabal. Una vez allí,  se distribuyeron las partidas entre los siete comisarios encampados, asignando a cada uno de ellos un cabo y seis soldados. Cada partida se repartió entre diferentes puntos para “ejecutar la prisión de las familias que respectivamente se les habían señalado”.
La partida del sargento de inválidos pasó a inspeccionar los mesones y las calles y plazas públicas, logrando una “efectiva y completa” prisión de todas las familias, “sin excepción de la menor persona”, incluido un muchacho de la villa de Alcira que ese mismo día había llegado a Xàtiva. Y, aunque hubo quien intentó huir en dirección al monte y a la huerta, todos fueron capturados, al igual que los que consiguieron refugiarse en primera instancia al sagrado de las iglesias.
Finalizada la operación, se pasó a inventariar los bienes que les fueron hallados para su posterior subasta.
Ermita de San Feliu, donde es posible
se refugiaran varios gitanos
Hasta el 16 de agosto, el total de gitanos y gitanas presos ascendía a 76 personas, repartidas de la siguiente forma:

Gitanos
Chicos de 7 a 14 años
Niños hasta 7 años
Gitanas
Niñas hasta 14 años
27
9
7
26
7

A estas personas hay que sumar otras tres que fueron aprehendidas en San Clemente, y que se hallaban empadronadas en Xàtiva.
Cárcel del castillo de Xàtiva



Separados hombres y mujeres, los niños mayores de siete años pasaron a engrosar el grupo de los hombres, en tanto los menores, quedaron con sus madres. Posiblemente, dada la necesidad de tenerlos divididos y por ser un número crecido para quedar recluidos en la cárcel, se les debió albergar en su castillo.
Por virtud de la Real Orden de 28 de octubre de 1749, se dio inicio a un proceso para poner en libertad aquellas personas que acreditaran su buena forma de vivir. Las que no lo pudieron acreditar pasaron a los destinos que Ensenada dispuso: los hombres al castillo de Santa Bárbara en Alicante, y las mujeres, al de Denia.
Posteriormente, por disposición de Ensenada, los hombres fueron destinados al arsenal de Cartagena, en tanto las mujeres, se pretendió inicialmente colocarlas en Xàtiva. Si bien, se desechó por no haber sitio donde ocuparlas en talleres de hilado. En su lugar, las más de cuatro centenares de mujeres fueron repartidas entre el palacio de la Señoría de Oliva y el Hospital del Rey en Valencia.
Entre las víctimas capturadas en el reino de Valencia destaca Andrés Díaz de Palacios, capturado en Orihuela y que por entonces contaba con 46 años. En su haber tiene un abundante historial de pleitos y haber sido declarado en 1718 castellano viejo en atención a su “honesto vivir” a través de la labranza “de diferentes tierras que tenían en arrendamiento, además de haber ejercido de ministro de la Santa Hermandad. Su buena estrella le siguió incluso en su encierro, consiguiendo la libertad estando en Cartagena el 17 de febrero de 1754, merced a la disposición del gobernador del Consejo de Castilla, “quien enterado del arreglado proceder de este individuo”, dispuso pasara a San Felipe –Xàtiva- y se presentara ante su corregidor, para obligarse a “cuidar y mantener dos sobrinas, hasta que tomen estado”.
También son de destacar el arrojo y decisión de varios forzados originarios de esta población encerrados en el arsenal de Cartagena. Entre ellos, los hermanos Antonio y Lucas Fernández, que en 1754, en el corto intervalo de tres meses lograron fugarse de este presidio. Peor suerte tuvo Marcos Silvestre Castellón, que fugado el 5 de julio de 1756, fue apresado pocos días después, y debió permanecer en el arsenal hasta su muerte el 27 de noviembre de 1762.

NOTA: En 1749, Xàtiva se llamaba San Felipe por haberlo dispuesto así Felipe V en 1707. No sería hasta 1811 cuando Las Cortes de Cádiz restituyeron su nombre por el de Játiva. Finalmene, en enero de 1980 se cambió su denominación por ll actual de Xàtiva.



miércoles, 17 de abril de 2019

EXPOSICIONES EN LLEIDA Y LEBRIJA

HISTORIA DE LO INVISIBLE. EL PUEBLO GITANO EN ESPAÑA - LEBRIJA-




ECO EN PRENSA: http://www.lebrija.es/es/actualidad/noticias/Una-historia-invisible-la-del-Pueblo-Gitano-en-Espana?fbclid=IwAR0Alxe4aFG_R5jzPhhoOpRhnN1BjKosLxEOSh8oKkTWtRDVoFoSGzBSEyc

http://www.lebrija.es/es/actualidad/noticias/El-proximo-lunes-se-inicia-la-exposicion-Historia-de-lo-Invisible-El-Pueblo-Gitano-en-Espana/?urlBack&fbclid=IwAR15FTOiRuC4pkYnQfEQ4AC6AZjBFJcU0yGZm-v-FW5-H3VYCphLF8R9LTE

Entrevista en Televisión de Lebrija (a partir minuto 3 y 30 segundos) http://www.lebrija.tv/contigo-a-diario-lunes-8-de-abril/


                                  LA MUJER GITANA EN LA HISTORIA - LLEIDA






ECO EN PRENSA: https://www.lamanyana.cat/detall-noticies/article/lleida-reivindica-la-figura-de-la-dona-cale-amb-una-exposicio/?fbclid=IwAR3slVZ2W314Qa12TPSqbn2esO0iKL7Ndp60itE8MEFt3JGvdJZcq7QPcMg

https://www.segre.com/noticies/guia/2019/04/09/lleida_ret_homenatge_poble_gitano_amb_llibre_una_mostra_73012_1111.html

https://www.paeria.es/serveis/noticies.asp?Detall=True&IdNoticia=31887&Dia=-1&Mes=-1&Any=2019&IdDepartament=-1&TextCerca=&Consulta=False&PaginaAnterior=/serveis/noticies.asp&Pagina=4

https://www.segre.com/es/noticias/lectura/reportatge/2019/04/28/heroines_silenciades_74703_1677.html













lunes, 1 de abril de 2019

Real Provisión a favor del greciano Miguel de la Torre, para que pueda hacer justicia en la muerte de su hermano Bartolomé, cuando iba de peregrino a Santiago de Compostela (1495)


Don Fernando y doña Isabel, (…) A todos los corregidores, asistentes, alcaldes, alguaciles y otras justicias cualesquiera, de todas las ciudades y villas y lugares de nuestros reinos y señoríos, y a cada uno de vos en vuestros lugares y jurisdicciones. Salud y gracia: sepáis que Miguel de la Torre, greciano, nos hizo relación por su petición que ante Nos, en nuestro Consejo presentó diciendo que puede haber cuatro años, poco más o menos, que yendo un hermano suyo, que se llamaba Bartolomé, en romería a Señor Santiago, y estando salvo y seguro sin que mal ni daño hiciese a persona alguna, dice que estando en una venta, uno que se llamaba Luis Arixal y un hijo suyo, dice que le hirió ciertas heridas de que luego murió, y que se quejó de ello a la justicia de la ciudad de Córdoba, y a su pedimiento fue hecha cierta pesquisa, por la cual dice que parecen culpados en matar a dicho su hermano, según que dice, que parecía por la dicha pesquisa de que ante Nos hacía presentación, y que por no ser habidos los dichos Luis Arixal y sus hijos, no fue procedidos contra ellos la pena que merecían, salvo dice que le fue dada una carta requisitoria para todas las justicias de nuestros reinos, para que pudiendo ser habidos los dichos Luis Araxal y su hijo, los enviasen presos a la dicha ciudad de Córdoba, donde hayan cometido el dicho delito, para que en ellos fuesen escusados la justicia y
que por andar ocupados en el servir de esas ciudades y villas y lugares, hasta ahora no han podido ser habidos ni han sido escusada en ello la nuestra justicia, en lo cual dice que si así pasase, recibiría mucho agravio y daño. A Nos suplicó y pidió por merced, que sobre ello le proveyésemos de remedio con justicia por manera, que los dichos Luis Araxal y sus hijos no quedaran sin pugnición y castigo o como la nuestra merced fuese. Y Nos tuvimos por bien, porque vos mandéis a todos y a cada uno de vos en vuestros lugares y jurisdicciones, que veáis la dicha pesquisa así hecha a pedimiento del dicho Miguel de la Torre, greciano, sobre la muerte del dicho su hermano. Y llamadas y oídas las partes a que atañe, breve y sumariamente y dar lugar a largas ni dilaciones de malicia, hagáis y administréis acerca de ello, al dicho Miguel, greciano, entero cumplimiento de justicia, por manera de que haya y alcance, y por defecto de ella no tenga razón de no más venir a Nos ni enviar a quejar sobre ello. Y los unos ni los otros, etc. dada en Madrid a 11 de abril de 1495.

Archivo General de Simancas, Registro General del Sello. 1495-IV, f. 261.



COMENTARIO:

Tras la caída de Constantinopla, nuevos grupos gitanos hacen su entrada en Europa, pero ya no son condes, duques ni egipcianos, sino capitanes y se hacen llamar grecianos, quienes al parecer huían del avance turco. Al igual que los egipcianos hablaban un romaní enriquecido con muchos vocablos de los países por donde habían transitado.

Uno de los primeros de los que se tiene noticia en 1476, es el capitán Juan de Costa, quien también llegó a titularse como conde. De la corona, como ya había ocurrido con los egipcianos, obtuvo la autoridad sobre su gente, pudiendo ejercer libremente sus actividades económicas tradicionales, como la herrería y la calderería, cuyos artículos los podía vender a los precios que concertara con los compradores, así como cobrar un impuesto de un ducado anual por familia.

El área griega de procedencia de buena parte de los grecianos se sitúa en algunos casos en Negroponte, la actual Khalkís griega. De allí eran unos mercaderes griegos que venían de Sicilia y que obtuvieron un salvoconducto expedido en Valladolid en 1489. Igualmente lo era el caballero Francisco de Negropont, a quien el infante de Aragón, Enrique de Trastámara, le daba su protección en 1491.


Pero, ¿en qué se diferenciaban los grecianos de los egipcianos? A falta de más referencias que las que se desprenden de los documentos que nos han llegado, exclusivamente producidos por no gitanos, echamos mano del primer intento de aclaración realizado por Pedro Salazar de Mendoza, autor en 1618 del Memorial antigitano titulado Del hecho de los gitanos. Una descripción no exenta de prejuicios y estereotipos, realizada siglo y medio después de la llegada de los primeros gitanos.

De los grecianos dijo que eran herreros en su mayor parte y que usaban el engaño a través de una palabrería que confundía a la gente. De los egipcianos en cambio, dijo que gustaban de viajar a caballo y estaban más dados al robo, al fraude y al engaño. Coincidía el arbitrista en señalar a los integrantes de ambos grupos, como “personas de mala conducta y abominables", a los que se unían todo tipo de delincuentes y vagabundos. Perdido en su afán por desprestigiar a los gitanos, nada nos aclara.
Por otra parte, bien fuera por su propia organización social tradicional y estilo de vida, bien fruto de las tensiones que ofrecían los escasos recursos existentes, las luchas intestinas entre los gitanos que se han documentado, acabaron dándoles fama de violentos, lo que unido a la de ladrones y falsos peregrinos, acabaron por hacerles indeseables en los lugares que frecuentaban, además de incidir negativamente en el ánimo de los reyes, quienes posiblemente tuvieron en cuenta todas estas quejas para promulgar la Pragmática de 1499.