Una historia, un olvido... el discurrir invisible de lo que existió y se desconoce

Este espacio pretende entender la historia como una disciplina que proporciona, tanto la información como los instrumentos necesarios para conocer el pasado, pero también como una herramienta para comprender al "otro", a nosotros mismos y a la sociedad del presente en la que interactuamos.

Conocer la historia de los gitanos españoles es esencial para eliminar su invisibilidad, entender su situación en la sociedad y derribar los estereotipos acuñados durante siglos.

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jueves, 16 de mayo de 2019

DÍA DE LA RESISTENCIA GITANA. MEMORIA Y REPARACIÓN HISTÓRICA PARA EL PUEBLO GITANO


¡DESPUÉS DE LOS JUDÍOS, LOS GITANOS!
LA ALEMANI NAZI ENCUENTRA UN NUEVO ENEMIGO PÚBLICO PARA DESAHOGO DEL SADISMO DE LOS JEFES HITLERIANOS
El 99 por 100 de los niños gitanos amenazados de esterilización
La prensa alemana ha desencadenado una campaña de prensa contra un nuevo enemigo público: los gitanos. El diario “Das Schvarze Korps”, órgano de los SS. y de la Gestapo, ha dado la señal para esta ofensiva. Se reprocha a los gitanos el tener demasiados hijos, circunstancia que inspira envidia y terror a las oficinas de Raza del partido Nacionalsocialista. La base “científica” de esta campaña, que tiene por objetivo una esterilización en masa de los niños de los gitanos y que anuncia una agravación de las leyes llamadas de Nuremberg, encuéntrase expuesta en la revista de la asociación de Médicos nacionalsocialistas.
En el número 11-1937, exige rigurosamente la esterilización del 99 por cien de todos los niños de los gitanos. “Nouvelles d’Allemagne” cita los pasajes siguientes del artículo publicado por este ernergúmeno nacionalsocialista:
“Es necesario considerar a los gitanos, no individualmente, sino en su conjunto. El hecho de que tengan numerosos hijos hace necesaria la aplicación de medidas decisivas. Se cuenta por término medio ocho nacimientos entre 289 gitanos, o sea, un nacimiento por año cada 33 gitanos. En cuanto al resto de los 3.040 habitantes de Berleburg, se calcula como término medio 52 nacimientos (de 1919 a 1935), o sea, una nacimiento por cada 56 habitantes no gitanos. La cantidad de gitanos se encuentra en contradicción flagrante con el valor racial, moral e intelectual de los mismos en esta ciudad. No hay que creer que se trata de hijos de Pouszta de pura sangre o de niños vigorosos como los son de su patria de origen. Los gitanos de Berleburg son retoños degenerados, producto de matrimonios entre parientes de una tribu que en otros tiempos era fuerte y sólida. Son débiles, cobardes e incontrolables; no son capaces de vivir en un Estado en el que reina el orden sin rozarse de un modo permanente con la policía y los tribunales…
La ley relativa a la eliminación de la descendencia, enferma por herencia, no ha podido ser aplicada hasta ahora, nada más que en los casos en que las enfermedades hereditarias han podido ser comprobadas.
(…) Es inadmisible que las autoridades tengan que perder su tiempo, su dinero, sus fuerzas morales y de trabajo, para esta canalla de gitanos de una raza inferior y abyecta, tanto desde el punto de vista moral, como por su carácter. No hay que olvidar su poca voluntad para el trabajo y su poco honor, sus rapacidades, sus mentiras y su hostilidad a la vida social, podría influir en los habitantes de sangre alemana de esta ciudad y sus contornos, aun teniendo en cuenta que la población teutona es consciente de su raza nórdina y evita mezclarse con los gitanos. Este informe manifiesta el deseo de que Alemania de hoy encuentre los medios apropiados, para alejar sistemáticamente de la población alemana de sangre nórdica, esta plaga de gitanos.




COMENTARIO:
Aunque la persecución nazi hacia los gitanos había comenzado antes de la Guerra Civil Española, apenas la prensa española se hizo eco de ello. Esta noticia, aparecida en periódico de tendencia anarquista, recoge en 1937 lo que era evidente, y lo hace, no para condenar las prácticas nazis de esterilización, sino para desprestigiar al contrario, al bando sublevado de Franco que es apoyado por los regímenes fascistas de Italia y nazi de Alemania. Tanto un bando como otro en esta contienda, no respetó la neutralidad que el gitano ansiaba, consciente de que ganara quien ganara, su situación no iba a mejorar.
En el caso alemán, nada más iniciarse el régimen nazi, y a pesar de pertenecer al grupo racial de los arios, los gitanos fueron considerados socialmente peligrosos ya desde el 14 de julio de 1933, a través de una declaración que proclamaba el concepto de Lebensunwertesleben -vida que no merece ser vivida-.
A pesar de pensarse en islas polinésicas adonde deportar a los gitanos, en setiembre de 1933 el Ministerio del Interior anunció un plan para arrestar a todas las personas que no tuvieran domicilio fijo y permanente y encarcelarlas en campos especiales de detención como forma de apartarlas de la vida social. Allí los gitanos se volverían preventivamente inofensivos desde el punto de vista criminal (puesto que se los consideraba un peligro potencial para la población alemana), y sin futuro biológico (zukunftlos) por vía de la esterilización masiva.
En el mes de julio de 1934, un decreto prohibió el matrimonio entre alemanes y gitanos, quedando éstos incluidos en las campañas de esterilización, bien fuera por el método de castración, bien por inyección.  En 1935 quedaron afectados a las leyes de Nuremberg, con lo que perdieron sus derechos de ciudadanía. Y, ya en junio de 1938, con ocasión de la “semana de la limpieza gitana”, empezaron a ser deportados junto a los judíos a campos de concentración
Para determinar si habían de sufrir la misma suerte reservada a los judíos, se acordó clasificación de los gitanos como "pueblo extranjero" finalmente evitar su regeneración y extirpar así un grupo racial degenerado, que había perdido la pureza aria, al mezclarse con otros grupos raciales hasta convertirse en una raza asiática con algunos rasgos indoeuropeos. Sólo era cuestión de determinar quién eran gitanos arios puros, llegando a la conclusión de que el 90% de los gitanos eran mestizos y por lo tanto eliminables.
Se dispuso a nombrar a nueve representantes gitanos para que se encargaran de elaborar una lista de gitanos puros para salvarse del exterminio. Una selección que no se llegó a realizar, pues se determinó que todos fueran eliminados. De esta forma, en enero de 1940 se produce la primera matanza del Porrajmos en el campo de concentración de Buchenwald, donde más de doscientos niños murieron sirviendo de cobayas humanas en experimentos “científicos”.
A finales de 1940 Hitler dio la orden de matar a todos los gitanos de la Unión Soviética, y el año siguiente, la de todos los judíos, gitanos y minusválidos psíquicos, constituyendo la llamada “Noche de los Gitanos” -1 de agosto de 1944-, el episodio más trágico, en el que más de cuatro mil gitanos de todas edades y sexos fueron Auschwitz.
El Porrajmos y el holocausto son hoy en día minimizados y hasta negados, desde diferentes sectores afines al fascismo y al nazismo. El mismo reconocimiento del exterminio gitano, tanto el nazi, como el español (Proyecto de Exterminio de 1749), ha sido tardío, parcial y apenas significativo para las altas esferas del poder.
La importancia de recordar fechas como esta, es imprescindible para dar a conocer la verdad y combatir los rebrotes racistas que añoran viejos y crueles tiempos. El odio, fruto del desconocimiento, se alimenta de prejuicios y estereotipos, y es tarea de todos, especialmente desde el poder político, fomentar la memoria y reparación histórica de un pueblo, que como el duque de Caylús, virrey de Valencia, dijo en 1754 “nunca se le ha dejado la menor diversión a este gran pueblo”.

PARA SABER MÁS:
-          Henry Huttenbach. Porajmos. El genocidio nazi de los gitanos de Europa [https://revistas.unc.edu.ar/index.php/NOMBRES/article/viewFile/2196/1148].
Esteban Ibarra. “Memoria del Genocidio Gitano”, en Cuadernos de Análisis, 20. http://www.educatolerancia.com/wp-content/uploads/2016/12/20.-Memoria-del-genocidio-gitano.pdf

lunes, 13 de mayo de 2019

CONMEMORACIÓN DEL 175 ANIVERSARIO DE LA GUARDIA CIVIL

Guardia Civil del siglo XIX

Hoy se conmemora el 175 aniversario de la creación de la Guardia Civil. De ellos, 134 lo fueron de represión hacia el Pueblo Gitano. Hoy en día la situación ha cambiado, pero se echa en falta un detalle de la Benemérita hacia este colectivo de la población española.
 Ya es tiempo que la Historia de este cuerpo visibilice la represión que llevó sobre el Pueblo Gitano hasta 1978. Hoy en día se están dando pasos hacia la reconciliación, pero el más importante, es el que debe dar la parte que ha ejercido su superioridad con mayor violencia y autoridad.
Felicitamos a la Guardia Civil por estos 175 años, pero lo haríamos con mayor agrado, si ésta hace una reparación histórica que limpie esta página de su historia y sirva de mayor entendimiento y concordia.

miércoles, 1 de mayo de 2019

GITANADAS. Un artículo periodístico que en 1967 hizo reflexionar


Suelen ser gentes del pueblo, que teniendo tan cerca a los gitanos, se imaginan que falte lo que falte en el pueblo, ya hay a quien echar la culpa. Es lo sabido de “cobra mala fama y échate a dormir”.

He tenido siempre a los gitanos, por gente honrada si la hay; y muchas veces, hasta cuando roban. Casi siempre, el medio, esa sociedad entre la que viven se les muestra hostil y a muy pocos se les ocurre dar trabajo a un gitano, aunque le pida. Si entramos en razonamientos, en complicadísimas sutilezas de principios de la más sana sociología, nos damos con un canto en los dientes, teniendo que reconocer, que no todo el que roba es ladrón y con ello no estoy haciendo ni mucho menos, la apología del robo. Lo cierto resulta que cuando alguien se comporta mal, se dice de él, que es un gitano, y a lo que hace, se le llama, una gitanada. Esto era lo que quería decir.
Conozco una gitanada, que merece ser imitada y nadie se eche las manos a la cabeza. Hecha en lugar céntrico, como resulta serlo en la calle de Santa Clara de nuestra ciudad, que acaso, después de dicho, tenga que presumir de una cosa más: de tener gitanos. En la calle Santa Clara, hay una frutería que sale a la calle, como es costumbre y no mala. Relato el hecho, tal como lo vi la pasada semana, mediada la tarde. Un gitanillo seguía por la acera a quien supongo era su madre. La madre, pasó ante las cajas de fruta sin mirarlas. El niño, no la imitó. Se detuvo, miró el fruto y habilidosamente, sin darle importancia, se lo quedó en la mano un melocotón. Siguió andando y alcanzó a la madre. Y cuando ésta vio la fruta en la mano del niño, habló con él muy pocas palabras, le tomó de la otra mano, retrocedieron y le hizo soltar el melocotón, donde lo había encontrado. Estas cosas, hacen pensar. Estas cosas son terriblemente sugeridoras, estas cosas lector amigo, y si no lo eres, peor para mí, son como un tremendo latigazo en la conciencia. Alguien podrá decir que no es para tanto, alguien supondrá que sin motivo, nos vamos por los cerros del tremendismo. ¡Dios mío! ¿Qué ocurriría si la madre de cada uno de los mortales, tomara de la mano a su hijo y le llevara a dejar lo que no es suyo, allí donde lo robó? ¿Qué ocurriría. Dios de los pobres, si a todos nos obligaran a realizar una gitanada semejante a la que hizo la mujer y madre gitana de lo que estamos diciendo?
Mujer gitana navarra: madre y emprendedora
Es para ponerse a temblar. En qué caja cabría lo que tendrían que dejar muchos, es tamaño que no puede ser imaginado. No hace más de media hora que acabo de llegar de la playa. Uno no escarmienta y de vez en cuando vuelve para prometer no volver. Allá en las playas, en plena arena, van naciendo los espacios acotados, que para resultar más ofensivos, airean sus letreros de «Reservado para fulano». Claro y en letras de molde que decía se ofenda quien se ofenda, que eso supone apropiarse para uso exclusivo lo que es de todos. Y a la vista de todo ello, nos nace la sospecha de si sería así, como sustentan los socialistas agrarios, como nacería la propiedad rústica, por el procedimiento del mojón caprichoso, diciendo “de aquí hasta donde alcanza la vista es mío”, sin que existiera un atrevido que de un limpio patadón, deshiciera los mojones. Aquella buena mujer gitana, hizo devolver a su hijo lo que no era suyo, aunque sobre esto, podría discutirse y discutiríamos con quien quiera hacerlo. Quienes en nuestra costa acotan a su antojo, mojonan a su gusto lo que no les pertenece, tienen madre. Dios quiera que todavía la tengan. Lo que se hizo en la calle Santa Clara, puede ser hecho en otras partes, porque en todas ellas, hay quien pasa para apropiarse de lo que es de los demás. ¿Quiere alguien discutirla? Yo estoy dispuesto a hacerlo, sin otros argumentos apoyándome que los que me ponga en la mano o en la punta de la lengua, la doctrina social de la Iglesia hablándonos del concepto de propiedad en lo que hemos dicho, una gitanada que merece imitación. La gitanada de la calle Santa Clara. Una gitanada que aún no he visto hacer a alguien, que no sea gitano.

COMENTARIO:
Es difícil hallar en estas fechas, un artículo periodístico que se aleje de la comodidad que suponía el prejuicio fácil y la reproducción insensible de estereotipos antigitanos. Su autor, apellidado Paniagua, aunque sumido en ese mar estereotipado, realizó una parada mental para reflexionar, y lo hizo para cuestionar algo tan básico como la propiedad, a través de una lección aprendida de una gitana en la calle Santa Clara de Gerona.
Sus esquemas mentales entraron en conflicto nada más asimilar la escena que presenció. Sintió la necesidad de compartir su experiencia, pero como era de esperar, todo quedó en una anécdota, y esa madre gitana siguió conservando su anonimato y su invisibilidad. Eran años de hambre y miseria bajo la estrecha vigilancia de la Guardia Civil y demás fuerzas del orden, siempre prestos a aplicar la ley de vagos y maleantes. Una ley dedicada a perseguir a los que el régimen franquista consideraba como la escoria de la sociedad: vagabundosmendicantesrufianesproxenetas, homosexuales y sobre todo, aquellos que no podían demostrar tener un domicilio fijo y un empleo o modo de sustento, como podía ser el caso de los gitanos. Aun así, hubo cabida para que una mujer gitana, sin saber que su acción no iba a pasar desapercibida, dio una ejemplar lección a su hijo, pero también al periodista; y a todos los que leyeron el artículo y supieron captar el mensaje que Paniagua tuvo a bien compartir.