Capítulo V. delitos contra la dignidad y el interés de la
Patria
Artículo 133.- Como actos contrarios a la
raza española se castigarán con la pena de presidio:
1º El comercio, venta, suministro o
fabricación de efectos o productos anticoncepcionales.
2º El matrimonio con persona de raza inferior.
COMENTARIO:
El ideario racista alemán que establecía
razas superiores e inferiores, planeó con fuerza en el bando sublevado durante
el desarrollo de contienda; y, a punto estuvo de concretarse sobre el papel en
1938, cuando en Salamanca, la Falange Española y Tradicionalista y de la JONS a
través de su Delegación Nacional de Justicia y Derecho, pretendió imponer su
ideario racista en uno de los capítulos del Anteproyecto de Código Penal de
1938.
Las prohibiciones de matrimonios interétnicos
y del uso de anticonceptivos, aunque aparentemente contradictorios, fueron dos medidas
represivas que se complementaron para favorecer la expansión de la más pura
raza española, considerada superior por Falange Española. Por encima de las
existentes en los territorios africanos bajo dominio español, como Marruecos y
Guinea Ecuatorial, así como de aquellos grupos raciales judío y gitano
incrustados en la sociedad española peninsular.
Ambas disposiciones proteccionistas de la
raza se aúnan en el objetivo de conseguir el bien común de la Patria. Por una
parte, el aumento de la población como medio para incrementar su poder con
nuevos recursos humanos, tanto para la producción como para la guerra. Por
otra, el matrimonio puro, sin mezcla con razas inferiores, aseguraba la
continuidad de la raza sin deterioro alguno
Ambos aspectos, cuantitativo y cualitativo,
justificaban la pena de presidio de seis a diez años para aquellos que osaran contravenirlos.
Y, aunque esta ideología fascista no llegó a concretarse en el código penal
debido al propio conservadurismo franquista que mantuvo la estructura
judicial heredada de la República; lo cierto es que la idea de raza infecta
volvería a recuperarse posteriormente, al igual que la unificación de los términos
delincuente y vagabundo.
La propuesta de Falange no
fue un hecho aislado, pues la misma jefatura militar de Burgos, procedió
a diseñar “la nueva raza española”. Un proyecto para el que Franco se rodeó de varios colaboradores, a cuyo frente estuvo el
teniente coronel Antonio
Vallejo-Nágera Lobón, el antiguo responsable de los servicios de medicina militar
en África, al que se encargó poner en marcha un programa de “higiene y
regeneración de la raza”.
El doctor Nágera admiraba a los nazis, pero
comprendió que el racismo ario basado en el criterio “genetista” no era válido
para el caso español, resultado de múltiples cruces raciales; y, además, “sería
anticristiano eliminar los genotipos deteriorados”, por lo que debía emprenderse, sin olvidar la genética, un
proyecto de selección “conductista” para llevar a la práctica una política
racial eficiente, sin favorecer la vida de los inferiores y los mediocres, y sí
la de aquellos niños y jóvenes de dotes sobresalientes para someterles a una
tutela que impidiera su atrofia.
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