Una historia, un olvido... el discurrir invisible de lo que existió y se desconoce

Este espacio pretende entender la historia como una disciplina que proporciona, tanto la información como los instrumentos necesarios para conocer el pasado, pero también como una herramienta para comprender al "otro", a nosotros mismos y a la sociedad del presente en la que interactuamos.

Conocer la historia de los gitanos españoles es esencial para eliminar su invisibilidad, entender su situación en la sociedad y derribar los estereotipos acuñados durante siglos.

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domingo, 8 de abril de 2018

CUANDO LAS FRONTERAS ERAN LAS REJAS DE LOS GITANOS

La Europa de las fronteras anterior a la Unión, como multitud de campos vallados, cercenó la libertad de los gitanos y los manejó a su antojo como juguetes indefensos hasta llevarlos a la más completa impotencia.
Como testimonio de la situación de las caravanas gitanas que a principios del siglo XX deambulaban por Centroeuropa, tenemos el relato que hizo un articulista español sobre un incidente ocurrido a lo largo de 1912:

Control de la policía francesa
"Contra el movimiento de las tribus de zíngaros en la Europa central se han dictado órdenes severísimas, y tomado medidas para evitar epidemias.
En consecuencia de tales disposiciones, con frecuencia ocurren incidentes muy curiosos cuando los zíngaros no pueden atravesar con su habilidad acostumbrada la malla que tienden loa representantes de la fuerza pública. Por ejemplo: una numerosa caravana de zíngaros fue conducida por los franceses a la frontera suiza, y al entrar en la patria de Guillermo Tell salieron al paso los guardias suizos y obligaron a establecer el campamento a los gitanos, como si estuviesen a caballo, en la línea de la frontera, sin permitirles entrar unos y otros avanzar ni retroceder. La situación era insostenible, y de acuerdo las autoridades suizas y francesas resolvieron, después de un mes, llevar el regalo de los zíngaros a los alemanes por la frontera de Alsacia.
A Ios pocos días los alemanes habían devuelto a los franceses el obsequio, y los zíngaros se vieron nuevamente rechazados, teniendo que refugiarse en el punto donde convergen los confines de Alemania, de Francia y de Bélgica.
Los gendarmes de los tres países los tenían sitiados en el estrecho límite de las zonas fronterizas, hasta que resolvieron vender o quemar cuanto poseían y se dispersaron los de la tribu, utilizando medios ferroviarios".


En el mismo artículo, redactado de forma tan jocosa y desconsiderada hacia la comunidad gitana, se comenta que la población gitana en Europa superaba las 600.000 personas, correspondiendo solo a Rumanía, la cifra de 200.000. De ellos, el articulista comenta, van "vestidos con los colorines que tanto les seducen, con sus osos, monos, calderas, cestas, burros y caballejos, corren constantemente las comarcas de Europa", afirmando que "los de todos los países son nómadas, menos los de España, que rara vez pasan la frontera".


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