Yo el rey
Chusma de galeras durante la boga y cómitre castigando a un forzado |
COMENTARIO:
Al mencionarse específicamente a los gitanos, éstos se convirtieron
en el objetivo principal de la redada, desencadenándose en consecuencia
una auténtica caza de gitanos aptos para el remo. Por toda la
geografía de la Corona de Castilla se empezaron a publicar bandos que
incidían en su captura. Este es el caso de Baeza donde a pesar de que
la orden se centraba en la captura de todos los vagabundos, se añadía
seguidamente: “los gitanos que pueden servir sean llevados por forzados
a las galeras y los avecindados con un moderado sueldo como se
acostumbra”. De esta forma, al incluir tanto a gitanos vagabundos
como avecindados se incurría en la total generalización y arbitrariedad.
A pesar del intento de distinguir entre avecindados y no avecindados,
suavizando el destino de los primeros como buenas boyas, no dejaba de
producirse una injusticia, pues a pesar de haber cumplido con las leyes
al obtener vecindad, los gitanos eran despojados de la condición de
vecinos de una ciudad para convertirlos en galeotes prestadores de un
extenuante y peligroso servicio. La principal razón de este tipo de
bandos era clara: buscar remeros. La clara contradicción se mostraba en
la instrucción de destinar sólo a “los que están en disposición de poder
servir”. Por tanto: jóvenes, ancianos y lisiados quedaban al margen, sin
que se dispusiera otra medida contra ellos. En un intento de justificarla,
se afirmaba ingenuamente que con esta medida “se extirparía de la
república este género de gente tan dañina y perjudicial”, cuando
realmente lo que se hacía era agravar aun más el conflicto étnico que
se estaba gestando.
FUENTE: MARTÍNEZ MARTÍNEZ, Manuel. “Los gitanos en el reinado de Felipe II (1556-1598).
El fracaso de una integración”, en Chrónica
Nova, 30, 2004, p. 416.
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