Una historia, un olvido... el discurrir invisible de lo que existió y se desconoce

Este espacio pretende entender la historia como una disciplina que proporciona, tanto la información como los instrumentos necesarios para conocer el pasado, pero también como una herramienta para comprender al "otro", a nosotros mismos y a la sociedad del presente en la que interactuamos.

Conocer la historia de los gitanos españoles es esencial para eliminar su invisibilidad, entender su situación en la sociedad y derribar los estereotipos acuñados durante siglos.

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martes, 2 de marzo de 2021

DE LA PRAGMÁTICA DE 1499 A LA SOLUCIÓN FINAL DE EXTERMINIO DEL PUEBLO GITANO DE ESPAÑA EN 1749

 Exhorto:

Don Francisco José de Béjar, abogado de los Reales Consejos, alcalde mayor por S.M de esta ciudad, corregidos y superintendente de rentas interino de ella = Al Sr. D. Juan Gaspar de Cañas Trujillo, presbítero Vicario de las iglesias de esta ciudad -Puerto de Santa María-, y que hace oficio de juez eclesiástico en ella. Hago saber cómo en virtud de Real Orden de Su Majestad, Dios le guarde, en instrucciones que las acompañan comunicadas por el Ilmo. Sr. Gobernador de Castilla, estoy entendiendo en la prisión de todos los gitanos y gitanas que en fuerza de reales provisiones se hallan avecindados en este pueblo, ordenándole que a los hombres y muchachos de siete años arriba se pongan en La Carraca, y a las mujeres con los de menor edad en la ciudad de Málaga, previniéndose igualmente que en caso de que alguno de los que se  han de prender se hallare en sagrado o se retrajere a él, se le ha de extraer, a cuyo fin acompañaba a la instrucción, carta del Sr. Obispo con un ejemplar del despacho expedido por el Ilmo. Sr. Nuncio para la extracción de los gitanos de sagrado y conducirlos a los presidios u otra alguna reclusión segura. Y habiéndose puesto en ejecución dicha Real Orden y asegurándose en la cárcel pública las personas que de todos sexos y edades pudieron ser habidas de esta gente, parece que D. Joaquín de Mendoza, coronel de los ejércitos de Su Majestad y teniente coronel del regimiento de caballería de Alcántara, y comandante nombrado del destacamento que para dichas prisiones y destinos de los gitanos se ha señalado por lo perteneciente a este pueblo, para auxiliar la Real Jurisdicción, noticioso de que en el convento del Sr. San Francisco de Paula, extramuros de esta ciudad se hallaban refugiados algunos gitanos y gitanas, pasó a él, y de acuerdo con el Reverendo Corrector y bajo de palabra de honor, y ofreciéndole que se entregaría al Sr. Juez eclesiástico la correspondiente caución juratoria, sacó de dicho convento la mañana del día 31 del próximo mes pasado, los gitanos y gitanas siguientes:

Sebastián de los Reyes, alias El Duende.

Manuel de los Reyes, su hijo.

Manuela de Vargas, mujer de Juan Ponce.

Isabel Ponce, hija de los antecedentes.

Josefa de Heredia y Oliva, viuda de Tomás Arcario.

Juan Matías.

Gaspara María.

Salvadora Isabel, todos 3 hijos de los antecedentes.

Alonso de la Oliva, hijo de Bartolomé.

Luisa de la Oliva, mujer de Francisco Suárez.

María Jiménez, alias Luisa María, alias Marrisola, mujer de Pascual Medrano.

Francisca María Cruz, alias Luisa María, soltera.

Antonia Maldonado.

 

Iglesia de San Francisco en Puerto de Santa María


COMENTARIO:

Justo 250 años después de la Pragmática de los Reyes Católicos, el 30 de julio de 1749 dio comienzo un proyecto de exterminio biológico -genocidio en términos modernos- contra el Pueblo Gitano de España, punto final de un proceso durante el cual, casi dos centenares de reales decretos, provisiones reales, pragmáticas, órdenes reales y demás disposiciones de mayor o menor rango, pretendieron: primero, su asentamiento fijo; luego a no tener más ocupación que el de la agricultura, sin que tuvieran conocimientos ni medios para acceder a la propiedad de la tierra; siguieron las diferentes estrategias para aculturarlos, como fue la prohibición de utilizar su lengua, traje y forma de vida, negándoles su identidad como etnia y cultura. Una trayectoria represiva durante la cual, el gitano, como poseedor de una imagen denostada, deshumanizada, repleta de caracteres peyorativos y con la etiqueta de delincuente potencial desde su mismo nacimiento, se convirtió en chivo expiatorio, en una víctima propiciatoria del utilitarismo estatal de las condenas, que le convirtió en un inquilino asiduo de las galeras, arsenales, minas de Almadén, presidios y obras públicas, hasta que finalmente se determinó la solución final: la expulsión o el exterminio.

Aunque inicialmente se proyectó la expulsión de todos los gitanos, se acabó por desarrollar un proyecto de exterminio biológico, por el que hombres y mujeres fueron separados de por vida, con el propósito de evitar la regeneración de la etnia. Los niños pequeños debían permanecer junto a sus madres hasta los siete años, edad a partir de la cual, debían compartir el destino de los hombres. Para conseguir tan cruel plan, se debía realizar en el más profundo secretismo, una redada general en un mismo día y a la misma hora. Con todo detalle se planificó la forma en que se debía ejecutar, e incluso el modo de proceder en caso de que alguno lograra refugiarse en sagrado e invocar la inmunidad eclesiástica. Un derecho que el Vaticano le retiró en 1748, y que permitió la captura de cuantos buscaron la protección de la Iglesia.

Interior de la iglesia de San Francisco


La redada y proyecto de exterminio de 1749, confiere a España como la precursora de este tipo de proyectos, al menos en la Europa Occidental. Un camino que acabó confluyendo dos siglos más tarde con el holocausto nazi.

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