Señor
Carlos II |
COMENTARIO:
la pragmática de 1695 constituye, junto con las redadas de 1571 y 1639, tres
de los acontecimientos claves del proceso de fragmentación social que concluyó
con el proyecto de “exterminio” de 1749. La represión ejercida sobre la forma
de vida gitana contribuyó, entre otras consecuencias, a que las galeras se llenaran de gitanos y a que la
desconfianza hacia el “otro” se consolidara definitivamente.
Nada más acceder al trono Carlos II, el Consejo de Castilla se aprestó a exponer la necesidad de
continuar la política anti-gitana seguida hasta el momento, para lo que se le
puso en antecedentes de cómo sus predecesores habían “procurado extinguir” y acabar con el “nombre de gitanos”. Como apoyo
documental que justificara nuevas medidas represoras, se le mostraron
diferentes expedientes en los que se hacía referencia a “la mala vida y
costumbres de esta perniciosa gente”. Un adoctrinamiento que tuvo como
resultado la decisión de renovar las disposiciones de sus antecesores y
posteriormente, promulgar la pragmática de 1695, quizá la más precisa y
completa de todas las que habían visto la luz hasta entonces. Su mayor
innovación consistió en comisionar a las justicias locales para que realizaran
periódicamente un registro de los gitanos avecindados y tomaran nota de sus
ocupaciones y de sus bienes, una información que en buena parte sirvió de apoyo
logístico para diseñar la redada de 1749.
PARA SABER MÁS: file:///C:/Users/Adonay/Downloads/rhn_117_opt%20(1).pdf
PARA SABER MÁS: file:///C:/Users/Adonay/Downloads/rhn_117_opt%20(1).pdf
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