... dicen como les faltan los alimentos que el rey les da por causa de que los quitan los marineros de guarda, que hoy día tienen por amo
(...), con lo que no nos podemos alimentar; sino también de los vestuarios que
el rey nos da, hacen modo por donde nos los quitan (...). El fin de dichos
marineros es sólo ver cómo pueden robar, pues hacen que los muchachos vayan a
robar a la ciudad para que se lo traigan, como también consentir juego, para
que les den sus ganancias. Y si alguno quiere salir días de fiesta les quitan
la ración, como también el que den limosna para Jesús, y luego los parten entre
los dos, y diferentes cosas por donde es causa de muchos se deserten, y no
dejen cosa que no roben para su alimento. Por tanto suplican se digne de
ampararles, pues no tienen más amparo que el de Vuestra Señoría...
Trabajos en un arsenal del siglo XVIII |
COMENTARIO: separados hombres y mujeres tras la redada general de 1749, los gitanos varones mayores de siete años fueron destinados a los tres arsenales peninsulares, donde fueron separados a su vez entre adultos y muchachos. Estos últimos fueron destinados principalmente a las maestranzas para aprender algún oficio
para conseguir “el fin y utilidad que debe esperarse de esta semilla”. El
proyecto afectó a centenares de muchachos, a los que se les prometió una
paga en cuanto consiguieran dominar el oficio y trabajar como aprendices. Sin embargo, en
noviembre de 1752, esta meta se hallaba muy lejos de cumplirse, pues ante los
malos tratamientos, su perdida libertad y añoranza de sus familias, adoptaron
una actitud negativa y desidiosa hacia las distintas labores que se les
encomendaron. Sujetos a los abusos de sus maestros y carceleros, se hallaban
sumidos en una miseria propiciada por intendentes como el de La Graña, quien
les redujo el prest a sólo seis cuartos, por considerar que con esa cantidad
tenían “algo más de lo suficiente a vivir”, pues no debían salir “medrados de la
clase que por pena se les impuso”.
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