acervo cultural. Sin embargo, aun desde la invisibilidad y la subalternidad, ha contribuido a la construcción de la identidad nacional española con su sangre en los campos de batalla de Flandes, Italia, Francia, Berbería, Cuba, en las aguas del Mediterráneo…, pero, sobre todo, aportando a la cultura española y contribuyendo a la marca España. Por todo ello, este año, declarado por el Gobierno como Año del Pueblo Gitano, se ha de lograr la merecida reparación histórica y su reconocimiento como minoría Nacional. De esta forma, su himno y su bandera podrán ser reconocidos oficialmente; y, además, se logrará dar un paso a una sociedad más inclusiva, igualitaria y democrática, logrando dejar atrás las continuas amenazas de prisión, expulsión o exterminio, que le han perseguido desde el siglo durante estos seis siglos.
Sin embargo, hoy día, a pesar de
los recientes avances legislativos y sociales, la comunidad gitana continúa
enfrentándose a importantes barreras. La discriminación y el antigitanismo estructural
siguen limitando el acceso a recursos y derechos básicos como la
educación, el empleo, la vivienda y la salud, perpetuando la exclusión social y
económica, en clara desventaja de igualdad de oportunidades respecto al resto
de la sociedad. Un antigitanismo estructural, que para combatirlo, son
necesarias políticas públicas efectivas de inclusión que promuevan la igualdad
de oportunidades y la justicia social; pero para lo que es preciso como primera
y más importante premisa: el reconocimiento oficial del pueblo gitano como una
minoría nacional en España, con lo que se conseguirá:
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Primera reunión de la comisión de Memoria histórica 18 de diciembre de 2024 |
1. Ante todo, reconocer al Pueblo Caló su identidad propia y diferenciada del resto de pueblos de España. No puede haber reparación histórica sin que al menos, sea reconocido como tal a través de una ley orgánica, y posteriormente, cuando se den las condiciones necesarias, incluirlo dentro de la Constitución Española.
2. Facilitar la participación
efectiva de las personas gitanas en la vida política y social, a través de las
organizaciones gitanas que trabajan por los derechos de su comunidad y de sus
representantes democráticamente elegidos, mediante los mecanismos más adecuados, que
aseguren su presencia en espacios políticos y de toma de decisiones; para de,
esta forma, influir en las políticas que afectan directamente a la comunidad
gitana y fortalecer la democracia y la pluralidad.
3. Combatir, hasta hacer
desaparecer la discriminación y la persecución, mediante leyes y políticas
específicas que garanticen los mismos derechos y oportunidades que tienen el
resto de la población, respecto a la vivienda, educación, empleo, sanidad y
demás recursos y servicios, para conseguir reducir las desigualdades y contribuir
a la estabilidad y la paz social. Para ello, es necesario impulsar la
Estrategia Nacional con una financiación adecuada y suficiente, sin la cual no
se puede garantizar de forma efectiva, la inclusión social del pueblo gitano a
través de programas que incidan en dichas áreas.
4. Aprobar un Estatuto Cultural
del Pueblo Gitano, con el que recuperar, mantener y promover la historia, cultura,
lengua y tradiciones gitanas a todos los niveles, especialmente el curricular,
a través de decretos y órdenes del Estado y de todas las administraciones
autonómicas, contribuyendo de esta forma, a enriquecer y valorar la diversidad
cultural de España. Para ello, es necesario, también, introducir la historia y
cultura del pueblo gitano en el Currículum de todas las autonomías, una medida
que es imprescindible para romper todos los estereotipos y prejuicios negativos
hacia el Pueblo Caló.
5. Reforzar, con recursos y
competencias adecuadas, la capacidad de acción del Instituto de Cultura gitana
y del Consejo Estatal del Pueblo Gitano, así como de aquellas instituciones
locales o autonómicas que permitan una representación más cercana y efectiva en
cada territorio.
6. Implementar con todo rigor y
urgencia todas las medidas incluidas en el Pacto de Estado contra el
Antigitanismo para hacer frente a los discursos de odio y a los prejuicios
antigitanos, garantizando la protección y el respeto de los derechos de las
personas gitanas y consolidando una sociedad sin conflictos y sin tensiones, acabando
con las segregaciones escolar y residencial.
7. Crear cuotas de acceso a la
función pública, especialmente en el ámbito de los cuerpos de seguridad del
Estado, equipos sanitarios de consultorios y hospitales, jurídicos y de profesorado.
Además, es fundamental desarrollar una estrategia formativa entre todos los profesionales
de la función pública, a fin de que adquieran conocimientos sobre la historia y
cultura del Pueblo Gitano, y se creen protocolos de actuación para evitar
malentendidos y conflictos.
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