Editado en Almería por Manuel Martínez Martínez // ISSN-e: 2445-2408 //
Una historia, un olvido... el discurrir invisible de lo que existió y se desconoce
Este espacio pretende entender la historia como una disciplina que proporciona, tanto la información como los instrumentos necesarios para conocer el pasado, pero también como una herramienta para comprender al "otro", a nosotros mismos y a la sociedad del presente en la que interactuamos.
Conocer la historia de los gitanos españoles es esencial para eliminar su invisibilidad, entender su situación en la sociedad y derribar los estereotipos acuñados durante siglos.
Las publicaciones contenidas en este blog-revista tienen derechos de autor. Se ruega citen su procedencia.
miércoles, 15 de mayo de 2024
LAS POTENCIAS EUROPEAS DE LA EDAD MODERNA Y SUS POLÍTICAS ANTIGITANAS DE COLONIALISMO PENAL
En general, la historia de los gitanos en las Américas ha sido poco tratada. Y cuando se ha hecho, lo ha sido de forma fragmentaria e inconexa. Este es el caso del colonialismo penal que las potencias europeas de la Edad Moderna, como España, Portugal, Inglaterra y Francia, ejercieron sobre su población gitana.Cada una de ellas, en distintas épocas, apostaron por un colonialismo penal en función de diferentes objetivos: aumentar la población de las colonias, deshacerse de elementos considerados indeseables y obtener un utilitarismo penal de las condenas. Unos objetivos de los que la corona española se apartó pronto, al prohibir el paso a las Indias, a aquellos individuos que se consideraban asociales, como fue el caso de los gitanos. Las demás potencias coloniales, sin embargo, mantuvieron su política penitenciaria y transformaron sus posesiones americanas en una gran prisión.
miércoles, 24 de enero de 2024
LOS GITANOS EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA
1. A lo largo de toda la Guerra Civil, el indiferente posicionamiento del gitano respecto a uno u otro bando, respondió principalmente a una simple estrategia: la que pretendió explotar su invisibilidad social con la esperanza de pasar desapercibido y esquivar así la guerra, como ya lo hiciera en los conflictos bélicos del siglo anterior. Sin embargo, dependiendo sobre todo de la zona en que se hallara en el momento de iniciarse la contienda, acabó siendo arrastrado a ella, de buena o mala gana, sin mostrar, en su mayor parte, ningún interés por alcanzar protagonismo alguno, obligados a luchar contra los de su propio pueblo, que por un azar del destino, se hallaron en el bando contrario.
ENLACE VIDEO INTERACTIVO:
https://www.youtube.com/watch?v=A7hRr8YJMQ8
2. Ambos bandos evidenciaron su gitanofobia a
través de una guerra sucia, paralela a la militar, basada en la desinformación
y la denigración del enemigo, por la que unos y otros aprovecharon cualquier
oportunidad para utilizar en su beneficio la mala fama del gitano y
descalificar a su contrario. Para ello emplearon el término gitano para referirse a personas, grupos
y hechos concretos, traspasando al enemigo su sentido peyorativo, como una bala
más, pero que disparada conscientemente hería de muerte la buena fama del
gitano.
3. Entre los gitanos que de forma voluntaria se
implicaron por convicción a favor de alguno de los dos bandos, encontramos a
Helios Gómez y a Marianet, ambos por el bando republicano. La vida del primero
puede resumirse como una etapa llena de persecuciones, en la que la prisión
llegó a convertirse en su domicilio habitual, ya que hasta entonces había
sufrido setenta y un encierros y hecho frente a cuarenta y dos procesos.
Permanentemente hostigado por la policía monárquica, hubo de exiliarse en multitud
de ocasiones y recorrió casi toda Europa.
4. La Guerra Civil lo sorprendió en Barcelona,
donde, armado con un winchester tomó parte en las barricadas de Vía Layetana
junto a los grupos de defensa civil de la CNT y demás partidos revolucionarios.
Próximo inicialmente al anarquismo, abrazó el comunismo como militante del PCE.
Sin embargo, su actitud crítica y
contestataria acabó enfrentándolo a influyentes sectores del comunismo, hasta
ser expulsado del Partido Comunista a primeros de julio de 1937, a partir de lo
cual hubo de refugiarse en Barcelona y
colaborar con el anarquismo catalán, cambiando el fusil por el lápiz y el
pincel.
5. Tras la derrota republicana en Cataluña, en
febrero de 1939 pasó a Francia donde
comenzó un auténtico vía crucis por diversos campos de concentración franceses y argelinos. De vuelta a España siguió su lucha clandestina,
causa por la que fue acusado de espionaje y alta traición, volviendo a
sufrir nuevos encarcelamientos entre 1945 y 1954. Una vida azarosa que
precipitó su muerte en 1956.
6. Otro personaje, aún más invisibilizado es
Mariano Rodríguez Vázquez, Marianet, a pesar del importante papel que desarrolló
durante la contienda como secretario general de la CNT y al que Azaña, el
presidente de la República, llamaba a consultas cada vez que formaba gobierno.
7. Sabemos que nació en Barcelona en 1908 y que
fue abandonado por su padre en un orfanato, debiendo sobrevivir mediante pequeños hurtos que lo llevaron a frecuentar
la cárcel, en donde se formó en la ideología libertaria, para una vez libre, afiliarse
a la FAI en 1931. Un pasado del que apenas habló, pues sus camaradas, que le
llamaban el «rey gitano del sindicato de la construcción», sólo conocían de sus
actividades, los últimos cinco años.
8. Su carrera en la CNT-FAI se caracterizó por
sus numerosas estancias en prisión y por su rápido acceso a la secretaría
general. Partidario de ganar la guerra como objetivo principal, fue muy
criticado por sus camaradas de base por abandonar la revolución y la democracia
asamblearia. Murió en junio de 1939 en extrañas circunstancias.
9. Por el bando sublevado fueron muy pocos los
gitanos que alcanzaron la importancia de los anteriores. Uno de ellos fue Ceferino
Jiménez, víctima de los asesinatos que se produjeron en Barbastro en los primeros
momentos de la guerra, por haber ayudado a un sacerdote y no haber renegado de
su catolicismo, por lo que fue beatificado en 1997.
10. Otra víctima fue la canastera Emilia
Fernández, una mujer gitana de Tíjola que fue presa por haber intentado evitar el
reclutamiento de su marido para luchar el frente, mediante el ardid de dejarle
ciego de forma temporal. Presa en Almería, fue víctima de una deficiente atención
postparto, como represalia por no haber delatado a unas monjas. Fue beatificada
en 2017.
11. Junto a este reducido elenco de personajes
destacados, hay que añadir personajes como Oselito y Casilda, pero también un
numeroso grupo de personas anónimas, que murieron en combate o fusiladas en los
primeros momentos de la guerra, como la granadina María Fernández Santiago, ejecutada el 26 de julio de 1936.
12. Muertes
que finalizada la contienda siguieron produciéndose en el seno de una represión
a través de juicios sin garantías procesales, a cargo de tribunales militares
formados por individuos llenos de prejuicios y estereotipos antigitanos, cuyos
nombres y circunstancias esperan ser recuperados y reparados históricamente.
LOS GITANOS DURANTE EL RÉGIMEN FRANQUISTA - Els gitanos durant la dictadura franquista
El régimen franquista de la postguerra reforzó su poder a través del terror y la propaganda. De esta forma, pretendió convertir a los españoles en un pueblo sumiso, obediente y conformista, para establecer una sociedad uniforme basada en las directrices y principios del nacionalcatolicismo; al tiempo que ejercía una represión contra todos los que se oponían a la dictadura militar. Las detenciones, los juicios con nulas garantías procesales, las depuraciones y las ejecuciones se sucedieron especialmente tras los largos años de la posguerra, durante los cuales, varias personas gitanas fueron llevadas ante tribunales militares por colaborar con la guerrilla antifranquista.
ENLACE VIDEO INTERACTIVO:
https://www.youtube.com/watch?v=jQG-jCG5mLU
Dentro de esta
resistencia destacaron numerosas mujeres gitanas, participando a veces en
operaciones tan audaces, como el atentado con paquete bomba realizado en
Granada contra el capitán de la Guardia Civil de esa ciudad. Una acción que
conllevó una fuerte represión en las personas de Manuela Maya Fernández, Mercedes
Romero Robles y Remedios Heredia Flores, todas ellas acusadas de ejercer como
enlaces de la guerrilla.
Esta etapa fue extremadamente dura para los gitanos españoles. Además de la deshumanización y criminalización que sufrían, debieron afrontar el hambre y las múltiples carencias que trajo consigo la guerra, pero también las epidemias que debilitaron a una población malnutrida, sin agua corriente ni electricidad y sin las más mínimas condiciones higiénicas. En estas circunstancias, el gitano fue señalado como un peligroso agente transmisor de enfermedades, lo que incrementó el rechazo y la desconfianza hacia su presencia.
La población gitana quedó encuadrada dentro del
conjunto social de «gentes
con manifiesto desaseo y parasitada habitualmente», es decir, en el grupo de
los «vagabundos, pordioseros y gitanos»,
sobre los cuales debía ejercerse una labor de supervisión, examen, registro, encierro y
aislamiento.
Víctimas también de
una represión cultural, sus costumbres fueron perseguidas y relacionadas con
prácticas delictivas y viles, contrarias al régimen franquista, el cual decretó
en 1941 la obligatoriedad del idioma castellano quedando prohibidas todas las
demás lenguas, incluido el caló, que pasó a ser considerado una jerga
delincuente.
La Ley de Vagos y Maleantes
republicana se mantuvo, pasando a ser un instrumento de represión contra los opositores
al franquismo y los elementos marginales. La represión se le encargó a la
Guardia Civil, en cuyo Reglamento para el
Servicio de mayo de 1943, se le encomendó
la vigilancia y el control de movimientos de las personas gitanas. El gitano,
como permanente sospechoso, siguió obligado a demostrar su inocencia y llevar
en sus desplazamientos todo tipo de documentos para no ser detenidos y puesto a
disposición de la autoridad judicial. Un estricto control que en el gitano creó
un alto grado de recelo, temor y hasta odio hacia los efectivos de este
instituto armado.
También las demás
fuerzas de seguridad del Estado mantuvieron a los gitanos bajo la estricta
aplicación de la Ley de Vagos, que transformada posteriormente en la Ley de
Peligrosidad Social, siguió sustituyendo el castigo por la educación
preventiva, lo que incluyó al gitano
dentro de un proceso de racionalización criminológica, por el que se le
tipificó como un individuo racialmente primitivo y delincuente, carente de toda
presunción de inocencia.
El final de la
Segunda Guerra Mundial con la victoria de los países demócratas y comunistas,
España quedó aislada, tanto en el ámbito económico como en el cultural y
social. La economía agraria, aun anclada en el siglo XIX, se desmoronó y las
condiciones de vida de los pueblos y aldeas empeoró, abriendo la puerta a una
emigración hacia las ciudades y a antiguas rutas migratorias como Argentina y
Argelia.
El gitano, inmerso
en esta sociedad cambiante, donde la máquina comenzaba a sustituir a los
jornaleros en el campo, se vio abocado también a un éxodo rural hacia las grandes
ciudades, en donde hubo de abandonar sus oficios tradicionales, para pasar a
ser explotado en las grandes ciudades como proveedor
de mano de obra barata y no cualificada en trabajos duros y peligrosos.
Recluidos en barrios periféricos de construcciones ilegales, con deficientes
condiciones higiénico-sanitarias, ausencia de servicios públicos básicos e
incomunicados con las principales áreas de la ciudad, que favoreció la
aparición de procesos segregativos.
El chabolismo
constituyó una respuesta urbana de adaptación a una forma de vida y de economía
en donde el comercio ambulante, la busca o el chatarreo fueron la mejor réplica
a los nuevos tiempos. Las condiciones infrahumanas y de espacio derivadas del
fenómeno chabolista se agravaron por la climatología y por la especulación que
amenazaba a los poblados.
Las
administraciones públicas comenzaron entonces a emprender programas para su
erradicaci
ón, pero sin contar con la opinión de
los propios interesados, a través de realojos en bloques de pisos en
barrios también periféricos, que siguieron
favoreciendo la segregación respecto al resto de la ciudad.
El
fracaso de esta política recayó sin embargo en los propios gitanos, a los que
se les culpó de poseer una nula intención de
«integrarse», de organizarse en clanes, de traficar con drogas. Una
criminalización que los mantuvo bajo la estricta aplicación de la Ley de
Peligrosidad Social.
martes, 2 de enero de 2024
600 ANIVERSARIO DE PRESENCIA GITANA EN ESPAÑA
Recua de gitanos |
El 12 de enero de 2025 se cumplirán oficialmente los 600 años de presencia gitana en los territorios que hoy forman parte del reino de España. Una fecha que está marcada por la existencia del documento más antiguo que lo atestigua. Sin embargo, es muy probable, que la llegada de los primeros egipcianos –llamados así por decir que procedían de Egipto-, se remonte al menos al año anterior. Una especulación basada por la temprana fecha -12 de enero- en que se produce la rúbrica real, y a que desde 1422, existe constancia de presencia gitana en el sureste francés. No resulta aventurado pues, sospechar, que posiblemente, a partir de esta fecha de 1422, ya se hubiera producido la visita de algún grupo de egipcianos, medio siglo antes de la llegada de los grecianos.
Egipcianos a las puertas de Berna |
Los primeros grupos que arribaron a Europa central, llegaron a finales de 1417 y recorrieron Alemania en una compañía de unos 300 individuos al mando de un duque y de un conde. Exhibieron una Carta de Seguro otorgada por Segismundo, en la que se ordenaba fueran bien tratados por tener que cumplir siete años de penitencia impuesta por haber apostatado. A partir de esta fecha, comienzan a ser frecuentes las noticias sobre las gentes procedentes de un lugar llamado Pequeño o Menor Egipto. Así, al año siguiente, en 1418, llegaron a Augsburgo medio centenar de gitanos, que aseguraron provenían del “Pequeño Egipto”. De ellos se dijo que además de poseer dotes adivinatorias, también eran expertos en el robo, una fama que les acompañó en su travesía europea.
Familia de egipcianos |
El emperador Segismundo |
Esta etapa de penetración y exploración en Europa occidental parece haber acabado en 1422, ya que en este año vuelven a pasar por Touraine, donde sus vecinos ya los reciben con recelo. En julio de ese mismo año, un duque del Pequeño Egipto entra en Bolonia junto con un centenar de personas, afirmando que por haber abjurado del cristianismo debían cumplir un destierro de siete años impuesto por el emperador Segismundo, durante el cual debían acudir a Roma para redimir sus culpas. La estancia de los egipcianos en esta ciudad acabó siendo tan conflictiva, que tras diferentes incidentes, las autoridades boloñesas acabaron decretando una multa de 50 libras y excomunión para los que tratasen con los gitano, por que abandonaron Bolonia y se dirigieron a Forli, donde se hallaban el 7 de agosto, donde la mala fama de los gitanos debió llegar casi al mismo tiempo que ellos, pues su obispo Juan de Strata los describía como una gentuza perniciosa, de propensiones brutales y animales.
No sabemos si siguieron su camino a Roma para ser recibidos por el Papa. Sí que también en ese año estuvieron en Bale, Ratisbona, a la que volvieron dos años después.En 1424, estando
los egipcianos en Heidelberg, Münster afirma haber tenido en sus manos una de
las cartas del emperador Segismundo. En ella se decía que los gitanos eran
penitentes procedentes de Egipto Menor, que habiendo renegado del cristianismo,
habían prometido peregrinar por el mundo en penitencia por el mundo en señal de
arrepentimiento. Esta misma carta aun seguiría sirviendo de salvoconducto, o al
menos de justificación como penitentes, hasta casi a mediados del siglo XVI.
Entre otras concesiones, la Carta Seguro abarcaba a todo el reino de
Segismundo, a cuyas autoridades se les mandaba los trataran bien y no les
molestaran. Además, concedía al voivoda Ladislao para administrar justicia
entre su gente.
Además de Roma,
otro destino de peregrinación y penitencia fue Santiago de Compostela, cuyo
trayecto no estuvo exento de múltiples peligros, donde los robos y las muertes estuvieron
siempre presentes en el camino. A estos riesgos, se sumó la rapacidad recaudatoria
de las justicias y administraciones de los lugares por donde pasaban los
peregrinos, a los que se les molestaba continuamente con registros e
imposiciones de tasas y portazgos. Unos impedimentos que sólo podían ser
solventados mediante la protección real por medio de salvoconductos o cartas de
seguro.
Alfonso V de Aragón |
y grecianos para disfrutar de una gran libertad de movimientos, hasta que las nuevas corrientes de pensamiento y el debate respecto a los falsos pobres, pusieron a los gitanos en el punto de mira una vez que sobre judíos y moriscos cayera sobre ellos todo el peso del poder real de los Reyes Católicos. Un cambio de política que se vio favorecido por las rencillas entre algunos líderes de los grupos peregrinos, el aumento de raterías durante su estancia en los lugares por donde pasaban y el cansancio de las autoridades municipales, que acabaron pagándoles pequeñas cantidades de dinero para no entraran o para que salieran rápidamente de sus poblaciones; todo lo cual contribuyó a fomentar desconfianza y hastío hacia su presencia, lo que acabó traduciéndose en frecuentes quejas elevadas en Cortes y ante los mismos reyes; dando como respuesta la pragmática de 1499, y con ello, el inicio de una legislación represora que perduró varios siglos, cuyas consecuencias terminaron conformando prejuicios y estereotipos negativos, muchos de los cuales perduran en la actualidad.