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Carteles anunciadores de manifestaciones StopAntigitanismo |
COMENTARIO: La petición de Pedro de Vega,
inserta en el marasmo que supuso el decreto de 9 de noviembre de 1745, para
“que los corregidores y gobernadores de las ciudades y villas cabezas de
partido, se informen luego y sin dilación de los gitanos que residan en los
pueblos de su partido con provisiones o sin ellas”, a fin de que pasaran a
avecindarse al lugar más inmediato de los l establecidos para su residencia
para aplicarse en la labranza y demás oficios permitidos.
Diego
de Cárdenas, gobernador de la vecina ciudad de Puerto de Santa María, ante tal
Real Resolución, no se contentó con el escrupuloso cumplimiento de ella, sino
que halló un buen pretexto para proceder contra los gitanos más allá de lo que
dicha orden disponía, y mandó “que todos los gitanos que viviesen como tales,
siendo robustos”, se enviasen “por cuatro años a las minas del azogue, y a los
que no lo fuesen, por gastadores al presidio más cercano”.
Realizada
una redada, en total fueron capturadas treinta y seis mujeres y cincuenta y cinco
hombres, de los que treinta y siete fueron a parar a las minas de Almadén, y el
resto, a los presidios norteafricanos; con tan mala fortuna, que al coincidir
con la redada general de 1749, quedaron recluidos aun cumpliendo los dichos
cuatro años, hasta que en 1764,
el rey accedió a ampliar el indulto ofrecido el año anterior, a los forzados
gitanos que quedaban en dichos destinos.
Esta peripecia histórica hace comprensible la
lucha de aquellos que buscaron a través de estatutos de castellanía, dejar de
ser considerados legalmente como gitanos para no ser incluidos en padrones
específicos, auténticas ratoneras, cuyo fin más extremo lo hallamos en la
redada que dio origen al Proyecto de Exterminio del Pueblo Gitano en 1749.
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Manifestación del 27 de junio de 2018 en Barcelona |
Hoy en día, habiendo pasado más de dos siglos
y medio, la intención del gobierno italiano de volver a las antiguas prácticas
represivas y confeccionar un padrón como los de la época del Despotismo, ha
generado en este mundo globalizado, un importante movimiento de protesta,
traducido en España a través de diversas manifestaciones en Madrid, Barcelona,
Sevilla, Oviedo, Granada…
El auge de la ultraderecha europea amenaza a
los colectivos más débiles como los inmigrantes y las minorías étnicas, cuyos
integrantes, a pesar de poseer los mismos derechos que el resto de sus
compatriotas se pretende actuar sobre ellos de una forma diferenciada y
contraria a los Derechos Humanos. El desconocimiento de la Historia del Pueblo
Gitano en España y la ausencia de voluntad por parte de la corona y la Iglesia
para reconocer los errores perpetrados en el pasado contra los gitanos, abre
grandes interrogantes que deben ser despejados a través de la vigilancia de los
acontecimientos que se irán produciendo en el resto de los países europeos y la
propia movilización de la comunidad gitana, de los sectores implicados en la defensa
de los DDHH y demás activistas comprometidos, sean o no sean gitanos.
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