Editado en Almería por Manuel Martínez Martínez // ISSN-e: 2445-2408 //
miércoles, 26 de julio de 2017
sábado, 15 de julio de 2017
Tal día como hoy de 1834: la abolición definitiva de la Inquisición. Beatriz Montoya, una mujer gitana ante el Santo Tribunal
La reina regente María Cristina de Borbón firmó el 15 de julio de 1834 el decreto de abolición del Tribunal de la Inquisición en
España. Posiblemente, debido a que la Inquisición tuvo como principal objetivo el ejercer un fuerte control sobre las
mentalidades y comportamientos considerados contrarios a la moral católica, como también a la censura de las publicaciones; la persecución hacia el colectivo gitano no tuvo la virulencia que sufrieron los judíos y los moriscos. Igualmente, Muchos inquisidores tuvieron la convicción de que las actividades supersticiosas de los miembros del Pueblo Gitano, en especial de las mujeres, respondieron a una picaresca encaminada a conseguir beneficios económicos a costa de los incautos que se dejaban engañar.
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Tormento de un procesado por la Inquisición |
Como arquetipo de mujer gitana procesada varias veces por la Inquisición tenemos a Beatriz Montoya, de cuyo último proceso transcribimos su inicio:
El fiscal del tribunal de Valencia = Contra Beatriz Montoya,
gitana, natural de Sigüenza, por delito de supersticiones
Supongo que esta es la tercera causa que se ha seguido en
dicho tribunal contra esta rea…
Tuvo principio esta última causa por delación que hizo por
descargo de su conciencia en 16 de julio de 1725 ante un comisario de Valencia,
Antonio de la Fita, labrador y vecino del lugar de Cuartede, 35 años, diciendo
que hacía tres días, que encontrando a esta rea en él, le dijo que quería hablarle
dos palabras en secreto, y éstas fueron, que ella hacía una diligencia yendo a
la iglesia, con la cual le aseguraba ganaría con cuantos jugase, con tal que de
la ganancia le diese parte a ella, y ofreciese darla de limosna para misas a
las ánimas otra parte, y que había de decir antes de ponerse a jugar, las
palabras siguientes: “al Santísimo Sacramento voy a buscar por mi bien y no por
mi mal, suerte y ventura con aquellos con quien jugase”, añadiendo que quedaba
a su cargo el rezar a dicho fin las oraciones de Santa Elena y San Antonio.
Que sin embargo le aseguró al denunciante, tenía experiencia
de todo esto. Conociendo que todo era embuste, la dijo que él no quería
practicarlo y la dio diez sueldos por desasirse de la reo, que encontrándole otro
día al testigo, le dijo que era hombre de poco corazón, que rehusaba de usar de
dicho medio, que ella era mujer y no temía a todo el Infierno junto.
Delató también por descargo de su conciencia a esta reo en
20 de agosto de 1728, María Castejón, mujer de gitano, de 40 años, que estando
un día en compañía de esta reo en el lugar de Catarroya, llegó la mujer del
mesonero de dicho lugar, llamada Vicenta y las contó cómo se hallaba afligida
porque el dueño de dicho mesón se negaba a pagar una gran cantidad de dinero
que le había adelantado; lo que oído por la rea, la dijo que no se afligiese,
que ella le daría remedio para recobrar dicho dinero. Que de allí a tres días,
que sería a principio de junio de dicho año de 728, dijo la rea a la mesonera
que sacase un barreño con agua, dos sortijas de oro, un real de a ocho, medio
pliego de papel blanco y un lienzo
regular. Y tomando la rea las sortijas y moneda, las echó dentro del barreño, a
cuyo tiempo dijo algunas oraciones de las que la denunciante no hace memoria. Que
después puso dentro del agua el medio pliego de papel, y a poco rato le sacó
diciendo que mirasen en él las letras que tenía, las que dijo la rea expresaban
que la mesonera recobraría su dinero, pero la testigo dice que sólo vio en él
algunas rayas. Que sacando luego las sortijas y real de a ocho, dijo las había de
poner debajo de una ara en la que se haya celebrado misa, y que la moneda
habría de servir para comprar unos polvos, los que les habían de servir para
recobrar el dinero. Y de hecho, se quedó con todo la reo, la que de allí a tres
días dio a la mesonera unos polvos diciéndola que fuese a la casa del dueño del
mesón y que los echase al suelo de ella con cautela, y de forma que los
pisasen. Y que según le refirió dicha mesonera a la testigo, ejecutó la
diligencia de echar los polvos en la forma que queda expresado.
LAS VÍCTIMAS GITANAS DEL TERRORISMO DE 1980
Al
margen de la controversia suscitada en la conmemoración del asesinato de Miguel
Ángel Blanco, hemos querido centrarnos en otro triste aniversario, el que en 23
de julio se cumplen 37 años del atentado les costó la vida a María y Antonio
Contreras Gabarri, y en el que también perdió la vida Anastasio Leal
Terradillos, empleado de limpieza del ayuntamiento bilbaíno.
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Interior del Diario Vasco del 24/07/1980 |
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Portada del Diario Vasco del 24/07/1980 |
El
espectáculo que ofreció la investigación en este atentado terrorista fue
lamentable, pues además de no identificarse a sus responsables, tampoco se pudo
concretar el objetivo del atentado. Es cierto que tampoco ayudó la confusión creada por diversas
reivindicaciones y la coincidencia de objetivos posibles en las inmediaciones. Y,
aunque el crimen fue
reivindicado por la “Triple A” en el intento de causar daños materiales en la cercana
guardería “Iturriaga”, propiedad de un concejal de Herri Batasuna. María, Antonio
y Anastasio acabaron formando parte de las listas de víctimas de ETA (http://avt.org/victimas-del-terrorismo/).
María contaba con 17
años y se hallaba embarazada de nueve meses, dos vidas en una que quedaron
cercenadas junto a la de Antonio, de solo 11 años. Sabemos que dos kilos de
goma dos fueron los causantes de sus muertes, pero las manos que los
manipularon y colocaron han quedado impunemente ignoradas. A su entierro apenas
hubo representación política, salvo la de un concejal de HB del ayuntamiento de
Bilbao y varios miembros de la ejecutiva del PSOE de Euskadi, que acompañaban a
Juan de Dios Ramírez de Heredia, por entonces era diputado en Las Cortes.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjM0WWukxT3n40u9Hnbzy5qZrYdA6Nc40nmmzz3p4zGu9Lc2Locl24ojDlkjUlt_Cicr9fk1g2oDbWpGMTu-H13KMNUWLqC__pNlAsYPMMuRKlMK8X9RHM-yXejvb9VH3ifx7-AWrvDCWuX/s200/Portada+ABC+atentado.png)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjG23B37nJZnUTf1am_d-PCuPEWZHtCNaC4JnvYsF9O4xSvxi3Q3CW2U8bYnqkwLl_CNtqvbPXzkemmXmrvXlB2FAzG6ZplaKYWbAJsw3z2NIgXb6U8NZUQHwgZu2D8HpPDEwVZ2iaQM7TX/s200/portada+atentado+Bilbao.png)
No fueron
éstas sin embargo, las únicas víctimas gitanas del terrorismo. En este fatídico
año de 1980, otra nueva muerte se produjo en noviembre, en las cercanías de
Urnieta, cuando Joaquín Altimasveres y Andrés Echeverría fueron
tiroteados a las cuatro de la madrugada en la carretera de lleva de Andoain a
Hernani, lugar donde estaban domiciliados. Joaquín falleció en el acto, en
tanto Andrés, herido gravemente, recorrió los tres kilómetros que le separaban
de su casa y se acostó sin decir nada a nadie de su estado, hasta que a la
mañana unos familiares le llevaron a un centro hospitalario.
El misterio envuelve
este crimen, pues aunque a través de una llamada telefónica a El Diario Vasco,
el Batallón Vasco Español asumió la autoría del atentado asegurando se había
cometido contra dos etarras, no parece poseyeran filiación política alguna, salvo el hecho de
que Joaquín participara en la campaña emprendida por el ayuntamiento de Hernani
en ese verano, contra el desalojo de los gitanos del barrio de Carrero, de cuya
operación había sido exceptuado junto a Andrés, por estar considerados vecinos
habituales. El caso, es que Joaquín no figura entre las víctimas en los
listados de AVT y CAPEFI, a pesar de que en esta última se asegura que se trata
de un listado “dedicado a todas las víctimas de cualquier tipo de violencia” (http://94.23.86.51/t13/page3.asp?Id=57322&Rf=62&Rt=6&Np=622).
De su multitudinario entierro da cuenta la
prensa de aquellas fechas. Más de 5.000 personas hubieron de apiñarse en la
plaza principal del pueblo, por ser imposible cobijarlas en el templo
parroquial. El féretro con sus restos mortales fue instalado en la capilla
ardiente montada en el salón de plenos del ayuntamiento y trasladado hasta el
altar colocado en el atrio de la iglesia. Al sepelio acudió el alcalde, Juan
José Uría, de Herri Batasuna, varios concejales, los familiares del difunto y
la comunidad gitana de Hernani, todo ello “en medio de los gritos y expresiones
de dolor de algunas mujeres gitanas”.
sábado, 1 de julio de 2017
El proyecto precursor de la Gran Redada de Gitanos de 1749
Pensamiento cristiano en
servicio de Dios, del rey y de sus vasallos. Año de 1746
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Esquilador gitano |
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Portada del Memorial |
Luego, que se hayan recibido las mencionadas justificaciones de
todos los pueblos de los cuatro reinos de Andalucía con la claridad y distinción, se
sacarán de ellas todos aquellos sujetos que por sus notas se reconocieren
fuesen a propósito para poder servir en campaña, y después y hecho este escrutinio
se formarán relaciones de todos los que se señalaren, y se volverán a remitir a
las correspondientes justicias, para que en el término de ocho días dispongan
se conduzcan a las Atarazanas de Málaga, que será el cuartel de asamblea, con
toda custodia, auxiliándose unos pueblos a otros, por el beneficio que le
resulta, hasta entregarlos en el citado arsenal de Málaga.
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Soldados españoles del siglo XVIII |
Desde el día en que empezaren a caminar los señalados gitanos desde
los domicilios para el punto de asamblea, se les socorrerá con cuatro cuartos y una de pan de munición diariamente por las respectivas justicias, a quiénes se les
satisfará el importe de todo en la conformidad que se acostumbra pagar cuando
se suministra dichas especies a la tropas de los Reales ejércitos, por lo cual
lo justificarán con declaración de las mismas justicias con testimonio de los
escribanos de cada pueblo.
COMENTARIO:
A la avalancha de quejas y noticias sobre todo tipo de sucesos
delictivos protagonizados por gitanos, se sumaron al “expediente gitano”
abierto por el Consejo de Castilla, algunas propuestas de proyectos para acabar
con el gitanismo, en dond se asociaba el tema gitano con el “problema de
España”. Uno de ellos es el fechado en 1746 bajo el nombre de Pensamiento
cristiano en servicio de Dios, del rey y de sus vasallos; cuyo autor,
siguiendo la misma línea de arbitristas y memoralistas, pretendía realizar una
leva con todos los gitanos útiles que residían en los cuatro reinos de
Andalucía y crear cuatro regimientos con ellos. Un proyecto, que por sus muchas coincidencias en la recogida de gitanos, debió inspirar la redada general que se ejecutaría apenas tres años más tarde, a pesar de haber
admitido el Consejo de Castilla cierto éxito en su política de vecindarios
cerrados.
Lo cierto es que este compendio de quejas, propuestas, proyectos,
informes, etc., acabó bloqueando el expediente y se tomó la decisión de dar un
giro drástico a la política llevada hasta entonces. Así lo justificó el Consejo
a Fernando VI en julio de 1749, ante el fracaso de “todas las disposiciones y
órdenes que se han dado para contener el vago y dañino pueblo que infecta a
España de gitanos”. Condenados como incorregibles, se propuso la adopción de
una medida radical para evitar que los gitanos continuaran “en sus feos delitos
y perturbando el sosiego del país”. Y esta solución, era la de “exterminarlos
de una vez”. De esta forma, negada la posibilidad de enmienda y su rehabilitación
social, el conflicto étnico iniciado tres siglos atrás acabó consumando una
fractura social que aún hoy en día no se halla cerrada.
FUENTE: Los gitanos y las gitanas a mediados del siglo XVIII. El
fracaso de un proyecto de “exterminio” (1748-1765). Ver http://www.diegomarin.net/ual/es/geografia-historica/648-los-gitanos-y-las-gitanas-de-espana-a-mediados-del-siglo-xviii-9788416027316.html